Desde el 12 de enero el calendario Maya explica que se instaura la onda de la tormenta durante 13 días, eso significa que durante este tiempo el planeta estará trabajando la desestructuración de aquello que anda estancado por lo que podemos sentirnos incómodos y rígidos a la vez que sintamos cambios y transformación en nuestro exterior e interior. La onda encantada de la tormenta indica que es momento de limpieza y purificación profunda emocional. Es muy importante permitir que lo que pase por la mente que densifique se diluya, y que seamos  capaces de transformarlo, de expresarlo sin enjuiciar a nadie, ni a nosotros mismos. La tormenta necesita descarga y por tanto podemos sentir la impaciencia, la pesadez, el freno, o podemos sentirlo en forma de aceleración. Es importante por tanto respirar y no dejarnos arrastrar por las situaciones. La tormenta es necesaria para que al agitarse deje salir al sol con su especial Arco Iris.

Este tiempo de la tormenta irá cerrando un ciclo que se unirá al próximo eclipse de Luna, 21 de enero, el único que es total del año y no habrá otro hasta más adelante. Este eclipse abrirá un espacio a la asimilación de toda la energía entrante que lleva estos últimos meses del año inyectándose. Es el Portal de Luz Lemuriano el que está descendiendo, el que está haciendo que nuestro cuerpo cristalice de forma intensa (en la mayor parte de casos con desestabilización emocional y o física) puesto que no es más que energía Crística la que nuestros cuerpos multidimensionales necesita integrar, para así activar con mayor intensidad los cristales de Gaia.

A la vez se abren las memorias de abandono, y se repite como un bucle una y otra vez cualquier programa antiguo para que lo veamos en letras grandes. Se está explicando que es la memoria de Lemuria la que se abre -oír audio- porque es también la energía de la frecuencia de Irco íris la que está descendiendo. Se espera que desde el eclipse hasta el próximo Equinocio haya un período de integración de esta nueva frecuencia, de forma más suave  y ya no venga con tanta montaña rusa para poder prepararnos al descenso de otra inyección completa de los 7 colores en nuestro ADN, que permitirá limpiar y sanar memorias y aspectos físicos con mayor fuerza.